Año nuevo...país nuevo

Y a dónde ahora...Edimburgo.

Comienza el año nuevo...y ya se sabe, país nuevo (ja). Es el tercer país en el que vivo en dos años (doble ja). En fin. Me marcho a Edimburgo.
Las Navidades en casita pesan mucho (no sólo por los atracones, je), y tengo la sensación de extrañar al marcharme de nuevo ahora. Volver a Burgos después de todos estos cambios es como un revulsivo. Es la calma que sigue a la tempestad. Y cuando se termina...viene la morriña.
Estas Navidades han sido diferentes. Normalmente se hacen mil propósitos antes de Año Nuevo, aunque después casi nunca se cumplen. Pero al menos se empieza el año con planes, espectativas y nuevas ilusiones. Este año ha sido distinto. Cambié de año sin nuevas metas. Pero conforme pasan los días de este 2009, me van viniendo a la cabeza nuevas ilusiones, con más fuerza que nunca.
Terminé el año de un modo diferente. Sólo fui capaz de sacar conclusiones sobre el 2008.
Es la primera vez que cambio de año llorando. Para todo hay una primera vez.
A veces no se llora por tristeza o alegría. A veces se llora por la emoción de recordar un conjunto de acontecimientos que, durante una etapa que concluye, han marcado tu vida, y te han hecho aprender, cambiar y crecer como persona. Creo que es melancolía. Y así lloraba a las 00.00 del 1 de enero de 2009, y estas son las cosas que he aprendido

- No se puede tener todo.
- El destino lo marca uno mismo. Las verdaderas casualidades son muy escasas.
- Lo importante no es el dónde, ni el qué. Es el con quién.
- Reaprendido: la auténtica felicidad es el conjunto de momentos felices.
- Reaprendido: todo lleva su tiempo, o bien, cada cosa a su tiempo.
- Los problemas se resuelven afrontándolos.
- Es más difícil perdonarse a uno mismo que a los demás. Saber perdonarme es fundamental.

Agradezco a mis amigos, en especial a P, J, S y G por haber estado en TODO momento. Es una suerte contar con ese apoyo incondicional. ¡¡Mil Gracias!!...¡¡os espero a todos en Edinburgh!!